17 jun 2010

Hermanos Pierola en la Guardería Abuelito José


El jueves 17 de junio de 2010, por la noche estubieron en la guardería abuelito José del movimiento de desocupados El Dorado en la ciudad de Resistencia, Chaco, los hermanos Luz y Gustavo Pierola, fue a pedido de la Juventu del Movimiento precisamente porque querían saber de esa historia, que para ellos y una gran mayoría de Chaqueños todavía suena como muy lejana y de otro planeta pero que ocurrió aquí en el Chaco y hace solo 33 años, la masacre de margarita belén, donde fueron fusilados muchas jóvenes vidas por el solo "delito" de tener un "ideal".-
Primeramente Luz, comenzó desde cero explicando que en nuestro país existió un grupo de militares dirigidos por los grupos económicos que sin elecciones, por la fuerza de las armas usurparon el poder y dejaron sin efecto todas las leyes empezando por la Constitución y se auto-designaron dueños del país y para ello mataron, torturaron, desaparecieron miles y miles de argentinos, que no había garantía de anda si a un jefe policial se le ocurría hacer lo que quisiera con la vida y bienes de las personas lo hacía, y todo para hipotecar al pueblo argentino con la famosa e ilegal deuda externa que hoy mas que nunca la escarnadamente la padecemos todos.-
Gustavo se dirigió mas a lo que ocurrió esa madrugada del 13 de diciembre de 1976 en que fueron primero torturados y luego llevados hasta un escampado sobre la ruta 11 después de la localidad de Margarita Belén y como dueños de la vida y de la muerte de las personas, fusilaron no se sabe a cuantos jóvenes de distintas partes del noreste argentino, entre ellos su hermano Fernando. También explicó como ilusamente su padre se puso contento -por la esperanza de que su hijo todavía estuviera vivo- cuando recibió una macabra carta del ejercito argentino diciéndole que su hijo se había "fugado" en un supuesto enfrentamiento ese día 13-12-76 en ese lugar.-
Invitaron a todos a hacer una enorme red de divulgación para que se encuentren personas que puedan aportar algún dato sobre el hecho mismo y sobre el lugar donde se encuentran los restos de su hermano y de todos los demás jóvenes fusilados ese día y durante toda la dictadura militar.
Finalmente Gustavo expresó que es una herida abierta para todo el Chaco y la Nación, al igual que otros hechos de igual naturaleza que ocurrieron en la provincia como la masacre de NAPALPI, que para ellos ya no se trata solo de una lucha por su hermano sino por verdad y justicia para todas las víctimas de ésa matanza de toda una generación de jóvenes argentinos, y también es necesario cumplir con el mandato de los que murieron por el ideal una patria distinta y hoy estamos mucho peor que en aquel momento porque una de las causas por la que se mató fue para que los grupos económicos se enriquezcan cada vez mas con nuestras riquezas de tal manera que la mayor parte de la deuda externa que hoy tenemos fue ilegalmente fabricada por la dictadura militar, que no hay causa mejor, que no hay mejor sentido a para nuestras vidas que luchar por un destino mejor y alguien del publico recalcó de que cada una de nosotras o nosotros somos importantes y podemos unirnos para lograrlo.
Entre los presentes se estaban, Emerenciano Sena, su señora Acuña, Santiago Frank, el querido Victor Fernandez, Polo Legal, el promotor del encuentro de la juventud del Movimiento El Dorado, Hernan Ojeda y la anfitriona Celestina Maciel.
Muy entuciasmado Sena invitó a los Piérola a que también den una charla en 35 unidades de su Movimiento e igualmente el movimiento MTL a travez de Cristina Canteros también pidió que se haga una charla en el barrio Mate Cocido del Gran Resistencia.-
A continuación diario Nala transcribe una prosa escrita por el propio Gustavo Pierola que describe mas claramente todo el padecer de su familia conducida por la hoy también fallecida Amanda.
El viejo era un hombre tranquilo, no necesitaba levantar la voz, perfil bajo, de andar lento, siempre con la palabra pausada y serena. Esto no quiere decir que no era inquieto, lo era y mucho, su disimulada energía estaba fundamentalmente dirigida a ciertos proyectos que él mismo fue armando en su vida, individual y colectiva.
Don Héctor Gabriel Piérola, “Perico” para los amigos, nació en Paraná un 18 de marzo de 1.919, hijo de Doña Ignacia, madre, padre, tutora y encargada de la crianza en soledad de ocho pichones; ama de casa, también laburaba en su casa como costurera para la fábrica Alpargatas que estaba en Bajada Grande.
El apellido viene del lado de ella, ya que el padre del viejo, mi abuelo, parece que tenía otro nido, más oficial.
Don Héctor hizo la Escuela Primaria en su barrio y la Secundaria en el Colegio Nacional, después estudio en el Profesorado de Castellano y Literatura que funcionaba en la Escuela Normal.
De gurí anduvo mezclado en los orígenes del Club Patronato, cuando en bandada se le prendían de la sotana al Padre Grella antes que emigre del barrio para donde hoy el club esta emplazado. Después, con doce o trece años, tuvo la suerte que un grupo de muchachos visionarios, encabezados por su hermano mayor Carlos, tuvieran el privilegio y la magnífica idea de fundar lo que a partir de ahí fue su segundo hogar, el club de su vida, el Atlético Echagüe Club.
Así, Don Héctor, “Perico”, siguió sus pasos deportivos, Patronato, Echagüe, el Colegio Nacional. Su gran deporte fue el básquetbol cuando las zapatillas quedaban rojas con el polvo de ladrillo, en varias oportunidades llegó a representar la provincia en campeonatos nacionales y en una oportunidad el seleccionado nacional en el año 1.944 logrando el título de campeón sudamericano.
Apenas recibido de Profesor, colaboraba con las escasas finanzas familiares como docente y dando clases particulares de Castellano y Literatura. En una oportunidad llegó hasta su puerta una jovencita bastante menor que él, necesitada de mejorar las notas en esas materias en la escuela secundaria. Amanda Mayor era su nombre y vivía en el Barrio Gazzano llamado Corrales por aquel entonces. Amanda tenía un largo viaje para tomar las clases con este joven profesor, con el tiempo, si no tenía problemas con el castellano, los inventaba para verlo.
A partir de ahí, quedan “flechados”. Se casaron en el año 49 y tuvieron seis hijos, Álvaro, Fernando, Gustavo, María Luz, Cristela y Emilce. Pudieron construir su casa en calle 25 de mayo, a un par de cuadras de Doña Ignacia y muy cerquita de su querido Echagüe.
Políticamente, Don Héctor estaba más pegado al Radicalismo con algunas guiñadas socialistas, lo que le costó algunas correrías del General, pero no fue lo que se dice, un militante, fue muy amigo de los Perette y otros caudillos radicales. No puedo decir que era un gorilón pero si que miraba el peronismo con el ceño un poco fruncido, aún así tenía amistades de todos los colores.
La profesión lo hizo un gran conocedor de nuestro idioma, desgraciadamente no fue un escritor profesional, pero cuando lo hacía era un placer meterse en su escritura. Sus cartas y escritos, aunque pocos, demostraban un profundo sentimiento y una gran calidez humana.
Recuerdo estando en Brasil, en el exilio, las cartas que le enviaba me las devolvía totalmente corregidas, como no pudiendo dejar su reconocida docencia. Me confunde el portuñol yo le decía, ma qué portuñol me contestaba, burro.
Uno de sus grandes proyectos, estuvo relacionado a su profesión, junto a grandes intelectuales de la ciudad como Amaro Villanueva, Carlos Alvarez, Francisco Martinez Segovia y otros formaron el Centro Cultural Carlos María Onetti, entidad que se dedicó en un corto período allá por el 47 a traer a Paraná a escritores de la talla de León Felipe, Rafael Alberti, Nicolás Guillén y otros.
Muy machista, actitud frecuente desgraciadamente en una sociedad como la Paranaense. Como marido, difícil de opinar, pero la vieja le dijo basta después de 25 años de matrimonio.
Como padre, siempre mantuvo una relación bastante seca y vertical, creo que cada uno de sus hijos lo vivimos de diferentes maneras, tal vez con alguno se acercaba más que con otro, pero el viejo siempre estaba.
Laburaba y mucho, para bancar semejante tropa, aparte de la docencia en la escuela Industrial y la Alem, vendía seguros, vino La Caroyense y con ese esfuerzo callado y constante permitió que nunca falte el pan de cada día y que todos podamos estudiar algo.
Lo caracterizaba siempre un buen humor, no era de mucha carcajada, pero si de tener siempre una sonrisa fácil, sincera.
Un hombre con firmes principios y valores difíciles de encontrar en la actualidad. Un gran amigo, una hermosa persona que supo cosechar muchos y grandes amigos.
- Fernando, ahí coordiné con mi amigo Morresi para que te inscribas en Resistencia.
- ¿Y él que tiene que ver en la Universidad?
- Es Profesor de Historia en la UNNE y además vive en la misma Universidad, él va ayudar a ubicarte.
- Grande viejo, la semana que viene nos vamos con Juan.
El viejo era muy amigo de Eldo Morresi, el Bebe, juntos compartieron el básquetbol echagüense, después tuvo que emigrar para el norte por esa posibilidad de trabajo.
Fernando ya tenía todo organizado para irse al Chaco a estudiar Arquitectura junto con Juan Nin un compañero de siempre que se enganchó en la misma carrera.
Corría el año 70, a partir de ahí, el viejo no viajó mucho a Resistencia, era el flaco que se llegaba por Paraná, pero un par de veces al año Don Héctor se daba una vueltita por el norte.
Fernando se fue acercando poco a poco al peronismo, y el viejo tuvo que aceptar esa realidad.
- Es que el Chaco es el Chaco, cuándo viste un radical en las Ligas Agrarias, peleando por los aborígenes, en la comisión interna de una fábrica, en algún ingenio, lo más revolucionario que pueden haber llegado es a un centro de estudiantes. Siempre le decía Fernando.
Y el flaco se metió en todo y con todo, Ligas Agrarias, Tobas, Fábricas, Barrios, Universidad y donde pudo metió su fuerza y su militancia y así llegó a Montoneros.
Las veces que anduvo por Paraná en el año 74 y 75, el flaco se juntaba con Don Héctor a charlar, en el fondo de casa, el flaco le contaba de la lucha y de sus sueños, el viejo disimulaba su orgullo por esa lucha y le expresaba sus miedos y la necesidad de ir más despacio. El país tenía varios golpes en el lomo y varias agachadas de la oligarquía y de esa burguesía que no se banca el olor a pueblo y el viejo había vivido unas cuantas pero sabía que la cosa venía más pesada.
En una oportunidad, estaba el viejo cortando el pasto en el fondo de casa, yo estaba montado en una pared, cortándole el pelo a una enamorada del muro cuando llega Fernando con la más chica, Emilce, a caballito, el flaco recién llegaba de un viaje que se había mandado por Centro América y en casa lo estábamos extrañando bastante. Se abrazaron un largo rato, con Emilce todavía en el lomo.
- Viejo, me caso.
El viejo lo miró y lo felicitó con una sonrisa.
- ¿Con la hija del Bebe, con María Julia?
- Y claro, con quién más.
- Y bueno, qué se yo… mejor no digo nada.
Le contestó con otra sonrisa pícara, sabiendo que el flaco era muy buscado por el otro sexo.
María Julia, era la hija del Bebe Morresi, su amigo del norte, del básquet y de Echagüe, Fernando se había enganchado con la petisa al poco tiempo de llegar a Resistencia y en ese momento llegaba con la noticia del casamiento.
- ¿No vendrá un nieto no?
- No viejo, por ahora queremos vivir juntos, ya vendrán tus nietos.
- Vos, bajate de ahí y andate a comprar un asadito que a esto hay que festejarlo.
Fue un hermoso día de encuentro, de alegría y festejos, el regreso, el casorio, se había juntado todo y al viejo le gustaba frecuentar y armar sorpresivas rondas alrededor de la parrilla.
Fernando se volvió para el norte, en casa quedó el recuerdo de ese encuentro, pero también quedó en los viejos la preocupación por todo lo que estaba pasando en el país y más aún conociendo el compromiso militante cada vez mayor de Fernando.
Yo me volví para Buenos Aires donde estaba estudiando. Pasó el tiempo hubo un par de encuentros más en Paraná y en el Chaco, pero cada vez más difíciles y complicados.
Don Héctor siguió con su vida rutinaria, ya estaba jubilado, vendía algún seguro, publicidad para la guía telefónica y como siempre, al frente de algún proyecto marcando su humanismo y su actividad social como fue la construcción del Hotel Alvear, el Estadio de Echagüe, colaborando también con Patronato, el Colegio Nacional, etc.
Fernando continuó con la militancia, cada vez más comprometido, con una Triple A que le pisaba los talones, con un CDO en el Chaco apoyado por gobiernos traidores que siguieron al pie de la letra la bajada de pulgar de Perón en la Plaza de Mayo a aquella “juventud imberbe”.
El último encuentro de Fernando con el viejo fue en mi casamiento el 9 de enero de 1.976. Fernando y María Julia ya andaban clandestinos esquivando como podían las garras asesinas. En esos momentos vivían en Corrientes.
- Hijo, cuídense, váyanse más lejos hasta que esta locura pase, yo los ayudo con unos manguitos.
- No te preocupes viejo, estamos bien, no podemos aflojarle a estos vendepatria.
- Esto viene muy pesado, parece que se viene otro golpe.
- Ya sabemos, y los bajaremos como a Onganía, a Lanusse, qué mierda…
Llegó el golpe e hicieron correr la sangre prometida, sangre joven, valiente, esperanzada, con un maravilloso proyecto para esta pisoteada Argentina.
Cárceles, exilio y algo nuevo, proyectado, tétrico, bárbaro, inimaginable, la desaparición en masa de un pueblo que estaba luchando por un país más justo y libre.
En octubre de ese año llegó la noticia.
- ¿Hola, Perico, cómo andás hermano?
- Bien Bebe, ¿que contás, sabés algo de los chicos?
- Por eso te llamo, parece que los detuvieron en Misiones.
- ¿Cómo están?
- No sabemos nada todavía, nos enteramos por la radio.
Fernando y María Julia habían sido detenidos en Posadas el 20 de octubre de 1.976 por la patota del 124 de Inteligencia de Resistencia. Tosso, Valussi, Hornos andaban detrás de ambos hacía un tiempo, algunas torturas por ahí, permitieron ubicarlos. Muy torturados en Posadas, los trasladan a Corrientes al RI9 donde la patota correntina se ensañó más aún con Fernando, De Marchi, Losito, Piriz, más tortura. Luego los llevan a Resistencia a la brigada de Investigaciones, María Julia queda ahí y a Fernando lo llevan a la Alcaidía de la Policía Chaqueña.
Y llega el 13 de diciembre de 1.976 y Margarita Belén.
Yo ya vivía en Paraná, había nacido Verónica, la militancia seguía, la cosa estaba demasiado pesada, nos estábamos mudando a Buenos Aires hasta que aclare un poco.
Eran los primeros días de enero de 1.977 estaba en lo de mi suegra que vivía en la zona del puerto, una casa en el interior de la manzana. Me avisan que el viejo estaba afuera, en la calle y quería verme. Salgo, estaba solo, apoyando en su Peugeot 404 blanco, a medida que me acercaba podía ver su sonrisa cada vez más grande. Me alegró, ya que hacía tiempo que no lo veía sonreír así. Tenía un papel en la mano y haciendo señas, lo agitaba como una pequeña bandera.
- ¿Viejo, qué pasa, el flaco?
- Siiii, lee.
Y me dio el pequeño papel, su sonrisa ya era una risa desacostumbrada en esos tiempos. Empiezo a leerlo:

EJERCITO ARGENTINO
Resistencia, 30 de diciembre de 1.976.-
Al señor Héctor Gabriel Piérola
25 de mayo 628
Paraná – Entre Ríos

Comunico a Ud. que el día 13 de diciembre de 1.976, una columna que transportaba personal detenido desde Resistencia hacia Formosa, a la altura del Kilómetro 1042 de la Ruta Nacional Nº 11, fue atacada por delincuentes subversivos, con la aparente intención de liberarlos o eliminarlos, a efectos de evitar declaraciones comprometedoras. Como consecuencia del choque armado y posterior intervención de otros efectivos del orden, se produjeron bajas en ambos bandos y algunos detenidos lograron fugar.
Cumplo en comunicarle que su hijo FERNANDO GABRIEL PIEROLA, logró fugar y que aún se encuentra prófugo.

Miguel Aurelio Baguear
Coronel
Jefe Grupo Artillería 1

Termino de leerlo, lo miré y con una frialdad de mierda, le dije:
- Viejo, están aplicando lo que ellos llaman la Ley de Fuga.
Su rostro se fue transformando.
- Ley de Fuga, y qué es eso?
- Los fusilan, los matan, inventan fugas y enfrentamientos.
- Pero aquí dice que está prófugo.
- Si viejo, ojalá sea cierto, ojalá sea cierto.
- No puede ser, qué estás diciendo, no puede ser, aquí dice…….
Y muy despacio, fue subiendo a su auto y lo vI alejarse con el rostro quebrado, sin entender y queriendo creer en esa gran mentira.
Fue la última sonrisa que disfrutamos del viejo, nunca la olvidaré, con aquel papel, con aquel asqueroso, inmundo, infame y cruel papel en la mano, agitándolo alegremente.

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