28 sept 2010

No hay libertad de prensa en el Chaco


"No hay diarios de primera y diarios de segunda", expresó el Gobernador en el Foro por Papel Prensa. Sin embargo, en el Chaco para el gobierno del "Coqui" existe actualmente un periodismo de primera (no por su veracidad y su excelencia si no por su adoctrinamiento para con el oficialismo) y otro periodismo de segunda, que son aquellos que tienen la "impertinencia" de ser críticos-una característica intrínseca de todo periodista que quiera hacer honorable su función-. Por lo visto, es muy fácil predicar desde el atril sobre lo que ocurre a nivel nacional y no tanto hacer una mirada introspectiva en la realidad mediática chaqueña, en donde existe un monopolio informativo pero manejado por el Estado con la pauta oficial.

La prensa debe ser libre, si no es una farsa había dicho sabiamente Rodolfo Walsh. En Chaco, estamos mucho más cerca de ser una farsa que una prensa libre.
Hace un par de días manifestantes afines al Gobierno se movilizaron al Palacio de Tribunales, en la Ciudad de Buenos Aires, para plantear "la necesidad de que la ley de medios se aplique en forma pareja".
Como se sabe, el gobierno del Chaco responde a rajatablas los mandamientos que bajan tanto Néstor-el ex presidente en funciones según lo llama Nelson Castro- y Cristina Kirchner. Por ello, por lógica analogía el lema de la marcha de los seguidores K a favor de la inmediata aplicación de la ley de medios: “Esta Ley es para todos, para los monopolios también” debería trasladarse taxativamente por toda la provincia chaqueña. Sin embargo, no es la transparencia ni la igualdad ni, por sobre todas las cosas, la ecuanimidad como defensa insoslayable de la libertad de criterios en la temática enfocada por el Periodismo local, lo que se destaca en el accionar del Subsecretario de Políticas Comunicacionales del Gobierno del Chaco, Néstor Avalle.
Avalle es el encargado de repartir la pauta publicitaria oficial, utilizada claramente como un "subsidio encubierto" a fin de premiar o castigar las posturas más complacientes o más criticas sin una justificación técnica clara y por lo tanto incurriendo en una discriminación ideológica.
De ahí se deduce que el diario de mayor tiraje de la provincia se lleva una suculenta suma de dinero en concepto de “premio” por su alineamiento ideológico con el Gobierno. Lo mismo acontece con Canal 9, único medio televisivo de llegada a toda la provincia hasta el momento, sobre el cual siempre hubo rumores que un importante paquete accionario del canal, a través de un testaferro, pertenece al Gobernador Capitanich. Esos rumores nunca fueron comprobados pero tampoco nunca se demostró contundentemente su inverosimilitud. Otro de los grandes “favorecidos” por la política de reparto propagandístico estatal es el Director de la 104.7, Julio Wajcman, quien, según aseguran fuentes fidedignas se lleva la friolera cifra de 170 mil pesos (sí, leyó bien, todo eso por ser uno de los voceros preferidos de la gestión Capitanich) por mes en concepto de aporte de publicidad estatal.
La contracara son los periodistas que deben lidiar para subsistir dentro del espectro mediático local a través de las limosnas, de las dádivas de Avalle y compañía. Así medios como Radio Clan, Primera Línea han sufrido los embates de los que supuestamente proponen una “Ley de Medios para todos” por el solo hecho de llevar adelante una política periodística crítica a la actual gestión provincial. Por ellos son “castigados” por tan cruenta osadía, el castigo preferido es el no pago de la pauta oficial convenida con estos medios.
Ahora es Diario Nala, que decidió noblemente no hipotecar su credibilidad profesional y no sumarse a la genuflexia panfletaria en la que incurren los medios más importantes del Chaco, el que está soportando, sufriendo en carne propia la política que no debería ser tomada como ejemplo si es que se quiere una prensa soberana, libre y que se transforme en el eje regulador, de control –rol esencial de la prensa, si los hay- para con los tres poderes. Es literalmente ninguneado por el  Subsecretario Avalle, que no solo que no los atiende, ni cumple el pago pactado, firmado de la pauta oficial si no que también tiene como conducta habitual, la humillación para con los periodistas que van a la oficina del Entrepiso de Casa de Gobierno a reclamar lo que les corresponde: el pago estipulado oportunamente de la publicidad mencionada.
Para el final, dejamos algunos interrogantes: ¿Por qué son tan pocos los periodistas-off the record son innumerables-que se atreven a develar públicamente los números desproporcionados que se llevan los medios seudoperiodísticos más importantes del Chaco? ¿Por qué se pregona la libertad de prensa desde el gobierno y lo único que se pretende es tener una prensa adicta, o cuanto menos como ocurre actualmente en Chaco, un periodismo que está absolutamente condicionado por la falta de regulación del reparto publicitario oficial? ¿Con que autoridad ética el Gobernador puede ostentar un tan alto cargo a nivel nacional como Autoridad de la nueva Ley de Medios visto lo que adolece periodísticamente nuestra provincia? ¿Por qué no se establece con inmediatez un control legal para repartir equitativamente la pauta estatal y con ello garantizar un servicio indispensable como lo es el periodístico para toda sociedad democrática que se precie de tal? No más preguntas, señor juez.
Leo Spinoza

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